Para muchos inquilinos, los términos "fianza" y "depósito" pueden parecer iguales, pero es importante entender las diferencias entre ambos conceptos y saber exactamente qué estás pagando como arrendatario. En este artículo, te presentamos una explicación sencilla de las diferencias:
Fianza
¿Qué es una fianza?
La fianza es una suma de dinero que el inquilino entrega al arrendador como garantía en caso de incumplimiento de pago o daños en la propiedad.
¿Cuánto dinero se debe pagar?
La ley estipula que la fianza debe ser equivalente a un mes de alquiler y el casero está obligado a depositar este importe en el organismo correspondiente de su Comunidad Autónoma.
¿Es posible recuperar la fianza al finalizar el contrato?
Sí, el inquilino puede recuperar la fianza siempre que avise al casero con la antelación establecida en el contrato antes de abandonar la vivienda. Además, para obtener el reembolso, la propiedad debe estar en el mismo estado que cuando fue entregada al inquilino, y este no debe tener pagos pendientes, ya sea de mensualidades o suministros.
La devolución de la fianza puede llevar algo de tiempo, ya que el casero debe solicitarla a la institución donde la depositó. No obstante, el inquilino tiene derecho a recibirla en un plazo máximo de 30 días tras haber entregado las llaves.
Es importante no confundir la fianza de un alquiler con el contrato de reserva para alquilar una vivienda, ya que son conceptos distintos.
Depósito
¿Qué es un depósito?
El depósito es una cantidad adicional que el arrendador puede solicitar como garantía extra en caso de cualquier problema que pueda afectar a la propiedad.
¿Cuál es la cantidad del depósito?
Por ley, el depósito no puede exceder el valor de dos mensualidades. Aunque no hay una cantidad específica establecida por la ley, en el contrato de alquiler debe especificarse la cantidad que corresponde al depósito, al igual que con la fianza.
¿Puede el inquilino recuperar el depósito al finalizar el contrato?
Sí, el inquilino puede obtener la devolución del depósito siempre que no haya incumplido ninguna cláusula del contrato, no haya causado daños en la vivienda y no tenga deudas pendientes de suministros. Todos estos aspectos deben estar detallados en el contrato de alquiler.
A diferencia de la fianza, el depósito no tiene que ser entregado a ningún organismo de la Comunidad Autónoma; en su lugar, el casero es responsable de custodiarlo.
No olvides leer detenidamente el contrato y si hay aspectos que no entiendes a la perfección o no están muy claros consulta con un profesional.